El compositor tucumano presentó su nuevo disco Así Sea, tercero de su producción solista, en Espacio Tucumán, junto a una nueva formación musical, con una propuesta que recorre una búsqueda personal en donde se mixturan y dialogan géneros folklóricos argentinos, candombe, jazz y rock, acompañada de una poética original que da cuenta de su historia personal. Como invitados de lujo de la noche estuvieron Juan Quintero y Franco Luciani.
Si bien la música de Topo Encinar es “poco ortodoxa” según las palabras del mismo compositor, toda su propuesta estética está atravesada por un aire folklórico y propiamente tucumano. Esto es lo que dejó escuchar el Jueves pasado en la presentación de su último disco Así sea que se desarrolló en Espacio Tucumán (Suipacha 140).
Un trabajo que incluye ritmos y formas que son sin dudas el efecto de una mezcla de influencias musicales diversas que dan como resultado una propuesta autoral que huele a criollo pero con un sello propio y original, enaltecida por la performance de una banda de flamante formación que comprende a Matías Vardé (vientos), Matías Furió (batería, percusión), Sebastián "Taty" Calá (bajo) y Federico Nicolao (guitarra).
El concierto comenzó a las 20.45, en el hall de Espacio Tucumán, debido a que el auditorio principal se encuentra momentáneamente en refacciones. A pesar de este cambio de espacio físico, el programador Roberto Zerdá preparó un escenario de lujo, con luces y un sonido de excelencia al mando de Horacio Salazar para la presentación del material del tucumano. La noche se inauguró con una hermosa zamba de amor aún “sin nombre” que Topo interpretó a solas con su guitarra y con los coros tipo “beatles” de sus compañeros de banda. Luego siguió “Agosto” y “Melodía trasnochada” en donde se destacó la fusión folk- rock de la banda.
La carrera de Topo Encinar da cuenta de un muy rico y variado itinerario de caminos sonoros. Comenzó en el año 1989, cuando el tucumano tenía apenas 15 años de edad, como pianista y arreglador del grupo “Cruz del Sur”, luego como tecladista de “La Calle” y de músicos como Peteco Carabajal, Jacinto Piedra, Verónica Condomí y Horacio Banegas. Tocó además con músicos de la talla de Claudio Sosa, Mono Villafañe y Lucho Hoyos. En 1994 formó un dúo con su coterráneo Leopoldo Deza y en 1996 el grupo “Mulalma”, un “power trío” con el que grabó el disco “Tukma Ñaño”. El rock nacional también fue una fuerte influencia del tucumano que ha declarado en varias oportunidades sentirse identificado con la música de Fito Páez, Charly Gracía y Luis Alberto Spinetta.
Este gran abanico de sonoridades aparecen en las composiciones y en su estilo libre y despojado de ataduras tradicionales, un abanico de sonoridades del que da cuenta Así sea, el material que sucede a sus dos primeras placas Apaganoches y De topo un poco; un trabajo valioso en el que participaron artistas destacables como Juan Falú, Teresa Parodi, Luis Salinas y Verónica Condomí.
La noche del jueves continuó con una serie de composiciones que siguen esa línea de búsqueda personal: “Otro paso” una especie de vidala que retoma con melancolía el paisaje ferroviario ultrajado de Tafí Viejo, su pago de nacimiento; “Solo la quiero mostrar”, una chacarera “medio truncada”, que puede llegar a despistar a los bailarines pero que muestra una madurez musical destacable; “Insomnio”, una canción de poética profunda sobre la que su autor dijo medio en broma, medio en serio: “la compuse después de 12 días sin dormir”. El aire rioplatense apareció en “Resbalón”, una obra con ritmo de candombe en donde se destacó la labor del percusionista de la banda Matías Furió.
Promediando la velada, Topo Encinar presentó al primer gran invitado de la noche, el coterráneo Juan Quintero con quien interpretó la chacarera “No tengo certeza” y luego un gato de autoría de ambos: “Siempre y cuando”. Ante el aplauso y el pedido del público, Quintero quedó solo en el escenario para brindar una versión íntima de su chacarera “El Maricón”. Luego llegó el turno de presentar al excelso armoniquista rosarino Franco Luciani con quien El Topo interpretó una zamba de Nétor Soria a la cual musicalizó, y "Juntaba de luz", una canción que “habla de mi infancia y de la dictadura de esos años” –señaló el tucumano. Ya con toda la banda en el escenario Luciani se quedó para tocar quizás el tema más rockero de la noche: “Con el culo en la mano”.
Sobre el final del concierto Encinar presentó a los músicos quienes tuvieron su momento para solear con sus instrumentos en el interludio de “Panorama” una vidala que también se encuentra en la lista de Así sea. Un párrafo aparte merece la excelente labor de la agrupación, la calidad de los arreglos y la empatía general del ensamble de los músicos que la conforman, que sobresalieron en los últimos dos temas de la noche: “Imcomprensible” y “Así sea”. Pero los aplausos continuaban y el público pedía un bis, así que el Topo decidió hacer una “chiquitita, para irnos en paz” y regaló “El barquito” junto a Juan Quintero y Franco Luciani nuevamente en el escenario.
En tiempos en los que aún abunda el “cover” en la música folklórica, Topo Encinar se destaca por una nutrida labor compositiva de la que da cuenta el material presentado en Espacio Tucumán. Quienes vivieron la presentación de Así Sea, la noche del jueves, fueron testigos de un repertorio heterogéneo, con pinceladas de variados colores, con climas que van de la tristeza a la alegría. Y también de una esperanza que empuja a un diálogo fraternal de los ritmos populares argentinos. Que así sea.