Guarda la Tosca se presentó en La Casa de la Cultura del Fondo Nacional de las Artes, dentro del ciclo titulado “La música que viene”, que el centro cultural ofrece todos los martes a las 20:30.
Ya nadie se sorprendería de encontrarse con un conjunto de folklore compuesto por instrumentos como la flauta traversa, un contrabajo o un set de percusión con platillos, digamos que eso ya es común. Lo que no es común es que suenen tan bien, y de forma tan sincronizada, puedan crear un estilo propio dentro de los parámetros del folklore, como lo hace Guarda la Tosca.
El quinteto compuesto por Marion Moss en la voz, Daniel Migues en la percusión, Daniel Lifschitz en flauta traversa, Jorge Rabito en contrabajo y Juan Martínez en guitarra (remplazando momentáneamente a Fernando González), convocó la noche del martes a un público ecléctico, que se acercó para escuchar una vez más a este grupo que indudablemente tiene una manera propia de interpretar el folklore, lo cual no es poco.
En una cuidadosa selección de temas, el grupo armó un repertorio que incluye obras de nuestro folklore y algunos temas del cancionero latinoamericano que, junto con un meticuloso trabajo de interpretación, construyen la identidad del grupo.
Pudimos escuchar siguiendo este concepto, temas como “Cardo y Ceniza”, de Chabuca Granda; “Donata Suárez”, la chacarera de Juan Falú y Herrera; “Canción de lejos”, de Cesar Isella y Tejada Gómez; “Si llega a ser tucumana”, del Cuchi Leguizamón, con un enganche muy interesante a través de la percusión de Daniel Migues.
También hubo lugar para temas propios como “Vidala sachayoj” (que contó con la participación de un coro de tres voces femeninas) o “Reunión”, un candombe de Daniel Lifschitz que estuvieron al nivel de todas estas obras.
El grupo tocó unos diez temas, conservando la improvisación que generalmente apareció en todas las interpretaciones como una especie de desorden ordenado y manteniendo un equilibrado protagonismo grupal, donde cada uno aportaba lo suyo en el momento justo y de forma precisa, sin “pisarse”.
La excepción a esto llegó en el final de show cuando el público pidió que tocaran otra vez el candombe que volvió a sonar muy bien, y donde indudablemente los mayores protagonistas fueron Daniel con su flauta y Juan con su guitarra para cerrar el espectáculo de la mejor manera.